El pasado día 30 de enero, celebramos en el instituto el día a favor de la paz y la no violencia.
Para ello nos reunimos todos los alumnos y alumnas del centro en la entrada.
Anteriormente al encuentro, cada clase hizo una serie de eslabones en los que escribieron un conflicto y la solución que ellos veían oportuna. Después, entre las cadenas de todas las clases hicimos una mayor, sujetada por todos nosotros formando un círculo en el que se realizaban las actuaciones a favor de la paz.
Una alumna de 1ºBachiller de Medios de Comunicación, leyó un manifiesto en la que se proponían soluciones y actos para formar y encontrar la paz en cada uno de nosotros.
Seguidamente, escuchamos una canción de Amaral titulada “Revolución”, que expresa un sentimiento de libertad, igualdad y alegría entre y para todos.
Acabada la canción, un grupo de 4ºESO nos deleitaron con un baile montado por ellos mismos.
Aunque la celebración estuvo entretenida, había muchas personas que impedían el transcurso normal del encuentro. Si no somos capaces de ponernos de acuerdo entre el alumnado de un mismo centro, ¿qué pasará en una ciudad, comunidad, país, continente? ¿Qué pasará en el mundo?
Después de que la celebración hubiera acabado, se dio paso a “los abrazos gratuitos”. Esto era algo que yo nunca había visto ni imaginado. Se trataba de repartir unos papeles en los que ponía el nombre y la clase de la persona a la que tenías que encontrar y darle un abrazo. Yo pensaba que más de uno no iba a corresponder a la persona que iba a entregar su abrazo; pero para mi sorpresa, todo fue muy agradable, y la actitud de las personas fue de felicitación.
Pero con lo que debemos quedarnos de esta celebración, no es con que fue un tiempo en el que nos libramos de clase, si no que fue un tiempo en el que muchos de nosotros nos dimos cuenta de que si queremos, podemos.
Debemos de celebrar el día de la paz entre nosotros los 365 días al año, y hacerle honor siempre que podamos.
Aunque existan diferencias en cuanto a edad, en cuanto a pensamiento, en cuanto a nuestro lugar de procedencia...pese a todo lo que nos diferencia, somos iguales.
Carolina Ventura Martín
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